La variedad de relatos sobre el pasado es tan amplia que hace imposible pensar en una historia única. Como no se trata de una ciencia sino de una disciplina, no hay leyes rígidas y eso permite que San Martín sea mostrado como el padre de la patria o como un agente inglés. ¿Cómo ha cambiado la función del historiador a lo largo del tiempo?
Las motivaciones actuales para convertirse en historiador pueden ser similares a las de otras épocas, pero la profesión en sí ha ido cambiando sin pausa a lo largo del tiempo. Desde la publicación hace más de dos siglos de Historia de San Martín y de la emancipación sudamericana, de Bartolomé Mitre, hasta la edición de las obras recientes, la transformación del mundo fue tan grande que sin duda modificó el modo en que el público recibe los conocimientos sobre historia. En principio, el crecimiento de la alfabetización y del nivel cultural general de la población hizo posible que muchas más personas se apropiaran de saberes que antes quedaban restringidos a un sector. En este sentido, en la era de la comunicación el libro dejó de ser el único soporte para la transmisión de la historia y comparte esa función con los medios audiovisuales. Paradójicamente, este cambio no alejó a la gente de la lectura sino que funcionó como una retroalimentación, sumando nuevos lectores.
Las motivaciones actuales para convertirse en historiador pueden ser similares a las de otras épocas, pero la profesión en sí ha ido cambiando sin pausa a lo largo del tiempo. Desde la publicación hace más de dos siglos de Historia de San Martín y de la emancipación sudamericana, de Bartolomé Mitre, hasta la edición de las obras recientes, la transformación del mundo fue tan grande que sin duda modificó el modo en que el público recibe los conocimientos sobre historia. En principio, el crecimiento de la alfabetización y del nivel cultural general de la población hizo posible que muchas más personas se apropiaran de saberes que antes quedaban restringidos a un sector. En este sentido, en la era de la comunicación el libro dejó de ser el único soporte para la transmisión de la historia y comparte esa función con los medios audiovisuales. Paradójicamente, este cambio no alejó a la gente de la lectura sino que funcionó como una retroalimentación, sumando nuevos lectores.