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“Chaupi punzhapika tutayashka”. “Anocheció en la mitad del día”, este fue el grito que corrió de boca en boca de los pueblos indios cuando los españoles invadieron la Abya Yala (América). Como eco desde las cavernas del tiempo, vuelve el grito cuando las pantallas de televisión muestran la agresión de una persona contra una adolescente ecuatoriana en un tren de Barcelona. La causa, suficiente en demasía para el atacante, venir de otro continente, tener otro tono de piel… estar lejos de su tierra. Anocheció en la mitad del día. No hicieron falta más palabras para describir la conquista. Cuando el sol llena de luz la tierra, cuando sus rayos iluminan y abrigan, su luminosidad se apagó bajo las sombras del despojo, el derramamiento genocida de sangre y la violación de los Derechos Humanos, motivados por el interés de acumulación originaria de capital.La conquista de América dejó inmenso rédito para los invasores. El saqueo del oro y la plata que abundaban en estas tierras, la matanza de millones de personas, la subyugación de sus culturas y siglos de colonialismo oprobioso, fueron el saldo doloroso.El dolor de siglos de la pobreza y exclusión de los pueblos indios, se repitió en cada palabra agresiva, en cada golpe del neo-agresor contra la joven ecuatoriana. La desproporción de la fuerza y la ventaja del gratuito atacante revive la triste imagen del abuso del poder del más fuerte contra el más débil. Cinco siglos así. Sin importar el lugar ni el tiempo, cuenta solamente el uso de la fuerza, la humillación y el desprecio, con la fatal indiferencia como testiga. En la agresión del tren en Barcelona, se pinta de cuerpo entero la relación entre el mundo “desarrollado” (¿civilizado?, ¿cristiano?) y el mundo “en desarrollo”. La imagen refleja el brutal despojo de los consorcios transnacionales del capitalismo mundial a los pueblos de nuestra América, encabezados por los intereses de Estados Unidos y sus aliados.Sin embargo, nadie puede negar que, aquí o allá, perviven los pueblos indo – afro americanos y vive su ancestral búsqueda de libertad, justicia y equidad. Mientras la imagen de la agresión gira por las pantallas del planeta, de mil formas, los pueblos de nuestra América mantienen su fe sin romperse. Con su lucha, su organización y su movilización –junto a los sectores populares- repiten que viene el tiempo del cambio, el “pachakutik” está llegando. Se puede parafrasear, con la venia del pueblo kichwa, que “Chaupitutapi, pakarinkami”, es decir, “Amanecerá en la mitad de la noche”.EN:http://prodh.org/blog/ COLECTIVO PRODERECHOS HUMANOS
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