20/2/08

Los primeros pasos en América

Londres.- Científicos de la Universidad John Moores de Liverpool, en el centro de Gran Bretaña, anunciaron un hallazgo que podría cambiar la teoría vigente acerca de cuándo llegó el hombre a América. Los investigadores encontraron huellas humanas de 40.000 años en las afueras de Puebla, una ciudad situada a poco más de 100 kilómetros del Distrito Federal mexicano.
Esto significa que el hombre habría caminado sobre el suelo del Nuevo Mundo casi 30.000 años antes de lo que hasta ahora se pensaba, ya que según la teoría vigente los primeros pobladores del continente americano habrían cruzado a través de Beringia, por el actual estrecho de Bering, de Rusia a Alaska, que
en ese entonces, hacia fines de la última glaciación (hace unos 11.000 o 12.000 años), estaban unidos a través de una suerte de puente que permitía el cruce sin necesidad de navegar.
La evidencia que sustenta esta teoría se basa en herramientas llamadas clovis points, utilizadas por nuestros ancestros para cazar la megafauna de la época -por ejemplo, mamuts o mastodontes-, que fueron halladas en muchas cuevas del continente americano.
Pero ahora, a partir de los nuevos descubrimientos, todo cambiaría.
"Pensamos que hubo varias oleadas migratorias a América, en diferentes momentos y de diversos grupos", dijo la doctora Silvia González, al frente del equipo que realizó el hallazgo.
Las pisadas se encontraron en septiembre de 2003 en una cantera abandonada cerca del volcán Cerro Toluquilla, y no fue necesario realizar ninguna excavación para divisarlas.
"Quedaron preservadas como huellas fósiles en cenizas volcánicas cerca de lo que creemos que era un antiguo lago, sujeto a variaciones de nivel -dijo Silvia González-. Cuando el lago recuperó su profundidad las huellas quedaron sumergidas a dos o tres metros y el agua ascendió, preservándolas del paso del tiempo."
Bajo el agua, y endurecidas como cemento, permanecieron allí miles de años, pero quedaron a la vista cuando los trabajadores de la cantera removieron los sedimentos del lago.
"Seguramente la erupción del volcán despertó la curiosidad de estos primeros americanos, que caminaron a lo largo de la línea de la costa dejando sus huellas, que pronto fueron recubiertas por cenizas y sedimentos lacustres", añadió la doctora González.
Las huellas fueron estudiadas y datadas por los profesores David Huddart, de la Universidad Liverpool John Moores, y Matthew Bennett, de la Universidad de Bournemouth, ambas de Inglaterra. El trabajo se publica en Quaternary Science Review.
Huddart manifestó que no existe duda alguna de la antigüedad de las huellas ni de que se trata de pisadas humanas. "Esto significa -agregó- que el modelo hasta ahora en vigencia no puede ser aceptado de aquí en adelante como la primera evidencia de la presencia humana en América." González, en tanto, agregó que las nuevas evidencias indicarían que las primeras colonias de pobladores podrían haber arribado por agua, en lugar de hacerlo a pie.
"Por ahora es una especulación, pero existe la posibilidad de que hayan tomado una ruta de migración que viene desde Australia, pasa por Melanesia, sigue por las costas de Japón hasta las islas Aleutianas y llega finalmente por la costa del Pacífico hasta América -dijo González-. Hace 60.000 años en Australia ya había presencia humana, y allí sólo podrían haber llegado con canoas. ¿Por qué no pensar que usaron la misma tecnología para llegar a América?"
Fuente:
http://www.lanacion.com.ar/718844


La epopeya migratoria americana tiene todos los condimentos de una historia apasionante. Un trabajo de investigadores argentinos, españoles y franceses que se publica en la revista Nature (agosto 2003) agrega más leña al fuego de la controversia que intenta aclarar los primeros capítulos de esta novela: el análisis de 33 cráneos hallados en la zona de Baja California, México, pertenecientes a un grupo conocido como californios, pone en tela de juicio el modelo actualmente aceptado para explicar la expansión de las primeras poblaciones de seres humanos.
Los paleoantropólogos suelen basarse en los restos craneales para trazar modelos de las migraciones humanas tempranas. Como explica en su comentario sobre el trabajo el doctor Tom Dillehay, de la Universidad de Kentucky, se considera que diferentes poblaciones esqueléticas con similares características craneofaciales comparten ancestros comunes y están relacionadas genéticamente, mientras que diferentes rasgos craneales indican diferentes ancestros. Estas similitudes o diferencias se explicarían por las fuerzas evolutivas y migratorias.
Pero en el caso americano hay algo que no concuerda. "Las características antropométricas de estos cráneos son muy extrañas -explica el doctor Héctor Pucciarelli, uno de los autores del trabajo e investigador de la Facultad de Ciencias Naturales y Museo de la Universidad de La Plata-. El misterio surge, entre otras cosas, del hecho de que se parecen muy poco a las de los modernos indígenas americanos ( amerindios ), aunque las dataciones indican que vivieron aproximadamente en la misma época, y se extinguieron después de la invasión española. Por el contrario, encontramos que estaban anatómicamente relacionados con los paleoamericanos, población más antigua que los grupos indígenas actuales y que habría ocupado el continente mucho antes. Es decir que aquí no se habría cumplido el modelo migración-reemplazo. "
La hipótesis out of Africa propone que el origen anatómico del hombre moderno se ubica dentro de una población del Africa subsahariana de más de cien mil años de antigüedad. Desde allí, y a partir de unas dos mil personas, se habrían originando todos los seres humanos actuales.
El modelo de migración-reemplazo, por su parte, explica los modos de expansión: ese grupo habría ido exterminando todas las poblaciones de homínidos antiguos a su paso.
Sin embargo, el escenario de los orígenes americanos parece ser más complejo de lo que se creía. "Nosotros encontramos que el modelo de migración-reemplazo no explica las evidencias con que contamos -afirma Pucciarelli-. Por sus características anatómicas, los restos de los californios corresponderían a una población más antigua, aunque parecen haber convivido con los amerindios, mucho más modernos.
"Esta carencia de afinidades morfológicas entre los restos humanos de los paleoamericanos y los amerindios es frecuente en el poblamiento de América y plantea la cuestión de si hubo o no mezcla génica. Hasta hace poco, la mezcla era inconcebible, porque todo lo paleoamericano se asociaba con poblaciones extinguidas. Pero la cercanía morfológica hallada entre los californios y los paleoamericanos conocidos conduce a pensar que grupos de este estrato sobrevivieron hasta tiempos modernos, con posibilidades reales de mezcla genética."
Para Pucciarelli, una posibilidad sería que ambas poblaciones hayan tenido diferente origen. Los primeros podrían haberse originado en poblaciones australianas o subsaharianas que, partiendo del sur de Asia, habrían pasado a Australia o a Sudáfrica hace unos 40 milenios y llegado a América entre 14 y 12 milenios atrás. Pero la mayoría de la población americana moderna está formada por amerindios y procedería de otro estrato migratorio.
"La segunda parte de esta historia -afirma Pucciarelli- nos conduce a pensar que, en lugar de atravesar el estrecho de Bering, los primitivos pobladores de América habrían llegado tras navegar cerca de la costa de Asia e ingresado por el valle de México. Hay que tener en cuenta que en esas épocas en Bering las temperaturas eran bajísimas. Esta hipótesis sería más económica y explicaría por qué en el valle mexicano se encuentran los restos más antiguos del continente. Pero esto último es simplemente una hipótesis personal. Habrá que verificarlo."
Por Nora Bär de LA NACIÓN

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