20/11/07

MALINCHE


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Su nombre fue Marina, mejor conocida como Malinche. Una de las veinte mujeres que le dieran a Cortés a cambio de paz y tranquilidad. Malinche, esa mujer sobre quien la historia ha callado mucho y sobre quien se ha hablado mucho, aunque escrito poco. Esa mujer que se convirtiera en la amante de Cortés y fiel interprete y auxiliar de los españoles.Cuando Cortés llegó en 1519 a las costas de Tabasco tras la victoria, lograda gracias al espanto que produjeron los caballos, vino la paz, que los indios hicieron, según su costumbre, entregando a las mujeres a los antiguos enemigos. Entre ellas estaba una joven mexica. Bella mujer, Malintzin, Marina o Malinche, se bautizó como Marina, la joven amante de Cortés quien a veces no tenía reposo a fin de complacerla. Las relaciones entre Malinche y Cortés fueron muy estrechas, convirtiéndose la muchacha en intérprete y consejera del conquistador. Una vez acabada la conquista Cortés decidió casarla con uno de sus capitanes, no sin antes reconocer al hijo nacido de su relación, Martín Cortés.
En la historia de México Malinche se convertirá en un símbolo del indio seducido y abandonado, dando lugar al término malinchismo, con el que se señala la entrega a lo que viene de fuera y la incapacidad para valorar lo propio.
Esa imagen ha sido usada para someter a la mujer como símbolo de la traición, pero también del poder de la mujer.
Esta visión -y exposición- del rol de Maliche o Marina en la historia mesoamericana es injusta y está siendo revisada y ponderada su intervención para evitar la masacre de los pueblos mesoamericanosUna de las figuras más polémicas de la conquista española es la mujer conocida como La Malinche o Doña Marina (ca. 1500-1527), quien ejemplifica la importancia de los intérpretes en el curso de la historia. De familia noble, La Malinche fue esclavizada, se convirtió en intérprete y en la persona de confianza del explorador español Hernán Cortés, a quien dio un hijo. Algunos la ven como la traidora de los aztecas, mientras que otros la consideran el chivo expiatorio del fracaso de Moctezuma, quien no fue capaz de defender su reino.
Marina nació en una familia noble en la provincia de Paynalla en Coatzacoalcos, en la región de Veracruz al sur de México. Cuando su padre murió, su madre se volvió a casar y dio a luz a un varón. Aunque Marina era la primogénita y heredera legítima, su madre y su padrastro favorecieron al nuevo bebé. Y para que el nuevo vástago fuera heredero único, su madre la regaló o la vendió como esclava y la declaró muerta.
Antes de convertirse en propiedad del cacique de Tabasco, Marina viajó en cautiverio desde su región natal de habla náhuatl a las regiones de habla maya en Yucatán, donde aprendió dicha lengua. Durante esta época, Hernán Cortés había llegado desde Cuba a la costa de Tabasco con su intérprete, Jerónimo de Aguilar, quien había aprendido el maya después de naufragar, ser esclavizado por los mayas de Yucatán y posteriormente rescatado por los españoles.
Habiendo tomado la decisión de buscar favores de los españoles en lugar de pelear con ellos, los mayas les ofrecieron alimento, vestido, oro y esclavos, incluso a 20 mujeres. Aguilar, quien también se había ordenado como sacerdote, además de servir como intérprete ayudó en la conversión de los mayas. Las mujeres, Marina entre ellas, fueron bautizadas en marzo de 1519. Se desconoce la edad que tenía cuando la bautizaron.
Cortés obsequió las mujeres bautizadas a sus militares y Marina estuvo destinada primero a Alonso Hernández de Puertocarrero; luego regresó un mes después a donde Cortés. Casi de inmediato empezó a trabajar con Aguilar como intérprete. Cuando Cortés llegó a las regiones de habla náhuatl, hacia el occidente por la costa del golfo, ella interpretaba entre el náhuatl y el maya para Aguilar, quien sabía interpretar entre el maya y el español.
Marina rápidamente amplió sus conocimientos lingüísticos al aprender español o castellano. Se ganó la confianza de Cortés, se convirtió en su secretaria y después en su querida, y hasta llegó a darle un hijo. A Cortés se le ofrecían a menudo otras mujeres, pero él siempre las rechazaba, demostrando así su respeto y cariño por Marina. En una carta escribió, "Después de Dios, le debemos la conquista de la Nueva España a Doña Marina".
Los historiadores no consideran a Marina la responsable del éxito de la conquista española. El apetito de los españoles por el oro, la epidemia de la viruela y, por supuesto, su superioridad militar fueron factores primordiales. Sin embargo, sus habilidades para servir de intérprete jugaron un papel enorme. Se tiene certeza de que ella facilitó la comunicación entre Cortés y varios de los líderes indígenas de la antigua América, entre quienes fueron claves los tlaxcaltecas, pues estaban a la búsqueda de aliados en contra de los aztecas debido a sus brutales exigencias de sacrificio humano y tributo.
Sin duda, el punto culminante de su carrera como intérprete fue el encuentro inicial, cara a cara, entre Cortés y Moctezuma, pero asimismo participó directamente en numerosos intercambios entre los españoles y la gran cantidad de personas que encontraron y trataron. Se dice que ella favorecía activamente las negociaciones en lugar del derramamiento de sangre.
Aunque algunos la consideran una traidora, muchas chicanas consideran a La Malinche una preponderante figura histórica, cuya denigración y difamación de carácter tiene paralelos con su situación actual. Ella fue repudiada por su gente y no debía lealtad a los otros poderes mesoamericanos. Y aprovechó sus facultades lingüísticas para asegurar su propia posición social. Pero hay evidencia certera de que, una vez que se alineó con la causa española, fue totalmente leal a Cortés, a pesar de las múltiples oportunidades que tuvo para traicionarlo, a medida que la intrincada historia de la conquista se desenvolvía.
El autor mexicano Gómez de Orozco afirma que La Malinche "fue una parte instrumental de la estrategia [española], al interpretar en tres idiomas y al ofrecer información esencial sobre la organización económica, el conocimiento de las costumbres nativas, el orden y la sucesión de los reinos, las formas de tributo, las reglas que regían las relaciones familiares, etcétera".
Después de la conquista, Cortés, quien ya tenía una esposa en España, demostró su respeto por Marina al concertarle un matrimonio con Don Juan Jaramillo, un teniente de Castilla. Aunque Marina fue apenas una de las mujeres indígenas que tuvo hijos de padres españoles, es la más destacada, y el hijo que tuvo con Cortés, Don Martín Cortés, fue el primer mestizo de relevancia histórica y alguien que eventualmente tuvo un cargo en el gobierno. Fue el Comendador de la Orden de San Jago. En 1548, fue acusado de conspirar en contra del virrey y posteriormente ejecutado. Marina también tuvo una hija de su esposo, Don Juan Jaramillo, llamada Doña María. Como la madre de un hijo y una hija de dos razas, con la misma sangre mestiza que corre por las venas de la mayoría de los mexicanos, a Doña Marina se le puede reconocer legítimamente como la madre de la nación mexicana.

¿Qué hay detrás de un nombre?
La mujer llamada "la lengua de Cortés" o su intérprete, al nacer fue llamada Malinalli (el nombre en náhuatl para uno de los 20 días del mes mexicatl, así como para un tipo de hierba que sirve para elaborar cuerdas). También se le llamaba Malinalli Tenépal. La palabra náhuatl tenépal significa "persona que tiene facilidad de palabra, que habla mucho y con animación". A la hora de bautizarla, un cura español le dio el nombre de Marina. Bernal Díaz, quien fuera testigo e hiciera una crónica de esta época en La conquista de la Nueva España, se refiere a ella como Doña Marina. El homónimo del nombre español, Malina, se convirtió en Malintzin (el sufijo náhuatl "-tzin" denota respeto). Cortés era conocido como Malintzin-é, porque los indígenas no podían pronunciar bien la r española, de manera que Cortés y Malintzin eran conocidos por casi el mismo nombre. Luego, al tratar de pronunciar este nombre náhuatl, los españoles cambiaron el sonido suave de tzin-é a la ch española y el resultado fue Malinche.
Díaz del Castillo coincide en que, debido a su asociación cercana con Marina, a Cortés también lo llamaban Malinche, lo cual, de acuerdo a Díaz, se traduce como "El capitán de Marina". En el libro Conquest of Mexico, Prescott también afirma que Cortés era llamado Malinche, pero lo traduce como "capitán" y dice que La Malinche quiere decir "La mujer del capitán".
En la actualidad, los mexicanos de habla hispana usan la palabra "malinchista" para referirse a "alguien que prefiere las cosas extranjeras" y, para muchos, la palabra Malinche es sinónimo de "traidor".
Maldición de Malinche(G. Palomares)Amparo Ochoa"El cancionero popular"
Del mar los vieron llegar mis hermanos emplumadosEran los hombres barbados de la profecía esperadaSe oyó la voz del monarca de que el dios había llegado.Y les abrimos la puerta por temor a lo ignorado.
Iban montados en bestias como demonios del malIban con fuego en las manos y cubiertos de metal.Sólo el valor de unos cuantos les opuso resistenciaY al mirar correr la sangre se llenaron de verguenza.
Porque los dioses ni comen ni gozan con lo robadoY cuando nos dimos cuenta ya todo estaba acabado.Y en ese error entregamos la grandeza del pasadoY en ese error nos quedamos trescientos años esclavos.
Se nos quedó el maleficio de brindar al extranjeroNuestra fe, nuestra cultura, nuestro pan, nuestro dinero.Y les seguimos cambiando oro por cuentas de vidrioY damos nuestras riquezas por sus espejos con brillo.
Hoy, en pleno siglo veinte nos siguen llegando rubiosY les abrimos la casa y les llamamos amigos.Pero si llega cansado un indio de andar la sierraLo humillamos y lo vemos como extraño por su tierra.
Tu, hipócrita que te muestras humilde ante el extranjeroPero te vuelves soberbio con tus hermanos del pueblo.Oh, maldición de Malinche, enfermedad del presenteCuándo dejarás mi tierra.. cuándo harás libre a mi gente.

La intérprete Nota "Después de Dios, le debemos la conquista de la Nueva España a Doña Marina". (Carta de Cortés) --------------------------------------------------------------------------------
La mujer llamada “la lengua de Cortés” o su intérprete, nació en la provincia Azteca de Coatzacoalcos al sur de México cerca de 1505 (los historiadores no precisan la fecha exacta, se dice que nació entre 1502 y 1505), murió en 1527 víctima de la epidemia de la viruela. Conocida como Marina, Doña Marina, Malinche, Malintzin, Malintzin Tenepal, Malinal, Malinalli, Malinalli Tenépal.
Marina viajó en cautiverio desde su región natal de habla náhuatl a las regiones de habla maya en Yucatán, donde aprendió dicha lengua. Cuando Hernán Cortés llegó a Tabasco en 1519, derrotó al cacique de Tabasco y Marina junto con 19 otras jóvenes fueron dadas a Cortés el cual aprovechó las facultades lingüísticas de Marina para asegurar su propia posición social. Hay evidencia certera de que, una vez que se alineó con la causa española, fue totalmente leal a Hernán Cortés, a pesar de las múltiples oportunidades que tuvo para traicionarlo.
Marina, la esclava, resultó ser indispensable para Cortés lo acompañó como su intérprete y se convirtió en su persona de confianza, su consejera, su amante, llegó a ser conocida como la mujer del capitán. “Permitió que Cortés se comunicara con los indígenas para formar alianzas y convertirles en el catolicismo y también con los líderes aztecas, como Moctezuma, Cuitlahuac y Cuauhtémoc”.[1] Cuando Cortés llegó a las regiones de habla náhuatl, hacia el occidente por la costa del golfo, ella interpretaba entre el náhuatl y el maya para Jerónimo de Aguilar, quien sabía interpretar entre el maya y el español. La asociación de Cortés con Marina (y Jerónimo de Aguilar) fue muy estrecha, la joven aprendió la lengua castellana en pocos días.
“Algunos la ven como la traidora de los aztecas, mientras que otros la consideran el chivo expiatorio del fracaso de Moctezuma, quien no fue capaz de defender su reino”.[2] En la actualidad, los mexicanos de habla hispana usan la palabra "malinchista" para referirse a "alguien que prefiere las cosas extranjeras" y, para muchos, la palabra Malinche es sinónimo de "traidor".
Notas
[1] El papel de la Malinche
[2] La Malinche: ¿Creadora o traidora?
Bibliografía HERREN, Ricardo (1992): Doña Marina, La Malinche. Editorial Planeta. Colombia.

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