26/10/11


Historia del tiempo presente y memoria

Magritte-La Memoria
Las dimensiones colectivas de la nueva historia social encontraron en el tema de la memoria, un campo frecuentado no sólo por historiadores sino por cientistas sociales; no se trata de un tema novedoso, aunque sí lo es su tratamiento, particularmente desde la “fiebre memorialista” motivada inicialmente por el bicentenario de la Revolución Francesa. Al respecto, basta recordar la célebre y magnífica compilación de Pierre Nora Los lugares de la memoria, en la que se exploran los espacios en los que se albergaba la memoria republicana: libros, monumentos, canciones, símbolos....
Una de las particularidades que hoy exhibe el tratamiento de la temática es el de la memoria reciente y los usos del pasado en los sucesivos
presentes. Desde hace dos décadas, la nueva historia política y la cultural convergieron en un área en expansión gracias a una cantidad creciente de coloquios, jornadas, publicaciones especializadas e instituciones: de esa convergencia surgió la historia del presente basada generalmente en el criterio de “memoria viva” o sea la de los testigos vivos que refieren a procesos aún no terminados.
El tema ha suscitado ardientes polémicas por sus implicancias ético-políticas, espistemológicas y conceptuales-metodológicas, ya que se ponen en juego dimensiones que conectan la historia y la memoria, lo vivido y lo recordado, lo observado y lo narrado. Historizar el presente –presentizar, de acuerdo con los neologismos acuñados por la nueva tendencia– es elaborar una historia vivida pero también trabajar con la memoria. Un buen ejemplo lo constituye el debate de los historiadores alemanes en torno del Holocausto, en el que pueden percibirse todas las dimensiones antes referidas.
No se trata de una novedad absoluta; los historiadores orales ya se habían visto enfrentados a problemas similares: la construcción de la memoria, la dialéctica entre recuerdos y olvidos, la producción, trasmisión y conservación de la memoria individual y social, es decir, la construcción social de la memoria.
La historia presente encuentra entonces su particularidad en los emprendimientos institucionales orientados a preservar la memoria de hechos cercanos en el tiempo pero asumiendo el deber ético hacia el futuro: la afirmación de valores relacionados con la democracias y la tolerancia.
En 1978 se creaba un laboratorio propio dentro del Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNRS), el Instituto de Historia del Tiempo Presente (IHTP), cuyo objetivo es desarrollar los estudios sobre la Segunda Guerra Mundial. Además, en lo referente a la historia de la Resistencia –materia preferente del Comité–, el Instituto ha avanzado en el estudio del régimen de Vichy, la colaboración, situando este período “francés” en el contexto de la Europa de los años treinta y cuarenta. François Bédarida fue el primer director y quien defendió más cerradamente la legitimidad científica del área contra dos objeciones clásicas: la relativa a la falta documentación para la historia reciente y la de la falta de perspectiva que impediría la objetividad.
Estas instituciones destinadas a garantizar el derecho de los ciudadanos al conocimiento histórico sobre los genocidios basados en causas raciales, ideológicas y culturales, se esparcen actualmente en los principales países de la Unión Europea; pero también en Estados Unidos y Canadá, en la Argentina y Chile, en Australia, Japón, Ruanda y Sudáfrica.
Un considerable número de instituciones memoriales destinadas a convertir la memoria democrática dispersa en un patrimonio colectivo, a respetar y transmitir el recuerdo de las víctimas, se traduce en cantidad de iniciativas historiográficas, museísticas, documentarias y educativas. n la Argentina, varios organismos de defensa de los derechos humanos constituyeron en 1999 la asociación Memoria Abierta, encargada de preservar la memoria de lo sucedido durante el terrorismo de Estado y sus consecuencias en la sociedad argentina, a fin de enriquecer la cultura democrática. Para ello ha impulsado jornadas de debate, talleres y seminarios con especialistas del país y del extranjero. Cuenta con cuatro programas: patrimonio documental, archivo oral, fotográfico, y topografía de la memoria.
En nuestro país, el área tiene expresión desde las últimas versiones de las Jornadas Interescuelas Departamentos de Historia y aun fuera de ellas; un período particularmente trabajado es el de los años 60 y 70 hasta la transición democrática.
FUENTE: http://aportes.educ.ar/historia/nucleo-teorico/estado-del-arte/campos-renovados/historia_del_tiempo_presente_y.php?page=2