El negro salvaje y bárbaro es capaz de todas las estupideces y desgraciadamente, Dios sabe el porqué, parece estar condenado en su país de origen a la salvajería y a la barbarie para siempre. Con tres semanas de trabajo tiene para garantizar su provisión de arroz, maíz, etc. Si trabajara seis meses, haría de su patria un paraíso. Pero cualquier idea de progreso y de moral no le permite darse cuenta del valor incalculable, del infinito poder del trabajo y sus leyes son sus pasiones brutales, sus apetencias feroces, los caprichos de su imaginación perturbada. El indígena vive al día, a la aventura, indiferente al mañana. Su gusto poco delicado le permite adaptarse a los que le ofrece el azar."
A. DUBARRY. Viaje a Dahomey, 1879
REFERENCIAS: 1) Estados independientes a comienzos del siglo XIX; 2) Colonización alemana; 3) Íd. portuguesa; 4) Íd. inglesa; 5) Íd. francesa; 6) Íd. belga; 7) Íd. italiana.
Antes del siglo XIX sólo se conocía el litoral del continente africano donde las potencias europeas habían establecido algunas colonias. Los estados independientes se limitaban a la región mediterránea (Marruecos y regencias Turcas) o bien al macizo etíope (Abisinia) (signo1).
A lo largo del siglo XIX las potencias europeas descubrieron, conquistaron y colonizaron África. En el mapa se indican las principales exploraciones africanas organizadas por ingleses, franceses, italianos, alemanes y portugueses. Fruto de esta actividad descubridora fue la penetración pacífica de las Potencias europeas, las cuales, partiendo de la costa, se adueñaron de los territorios del interior. Francia e Inglaterra se atribuyeron la parte del león, formando Francia un imperio colonial en el Noroeste (signo 5) e Inglaterra un sólido conjunto en el Este africano (signo 4). En el Congreso de Berlín de 1885 se perfiló el reparto colonial de África. A partir de este momento, Alemania se estableció firmemente en el Continente Negro (Togo, Camerún, África Sudoccidental y Tanganika) (signo 2).
Las colonias portuguesas (signo 3) subsistieron gracias al apoyo diplomático que la metrópoli recibió en todo momento de Inglaterra.
A lo largo del siglo XIX las potencias europeas descubrieron, conquistaron y colonizaron África. En el mapa se indican las principales exploraciones africanas organizadas por ingleses, franceses, italianos, alemanes y portugueses. Fruto de esta actividad descubridora fue la penetración pacífica de las Potencias europeas, las cuales, partiendo de la costa, se adueñaron de los territorios del interior. Francia e Inglaterra se atribuyeron la parte del león, formando Francia un imperio colonial en el Noroeste (signo 5) e Inglaterra un sólido conjunto en el Este africano (signo 4). En el Congreso de Berlín de 1885 se perfiló el reparto colonial de África. A partir de este momento, Alemania se estableció firmemente en el Continente Negro (Togo, Camerún, África Sudoccidental y Tanganika) (signo 2).
Las colonias portuguesas (signo 3) subsistieron gracias al apoyo diplomático que la metrópoli recibió en todo momento de Inglaterra.
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