5/11/07

Los Malditos en la Historia Argentina: Homero Manzi




(Gentileza de Nac & Pop) Homero Nicolás Manzione vino de Santiago del Estero, de esa Añatuya callada y desvalida, que el llamo Añamia, y se metio con su espiritu poblado de versos en un barrio de Boedo mistongo, que se derramaba en cafetines, lustrabotas y mendigos hacia una calle Chiclana amenazada por la inundación. Allí atorranteó atardeceres con Catulo Castillo, Julian Centeya y el loco Papa y alli enfrento el dilema con que lo desafiaba el país semicolonial: buscar como tantos la gloria oficial, el buen pasar, la fama que difunden los medios de comunicación en poder de la clase dominante o jugarse entero por su verdad, a la intemperie, corriendo el riesgo del silenciamiento, de la discriminación, en fin, recibir la maldición del sistema.
Homero Nicolás Manzione no dudo. Se jugo en la resistencia irigoyenista contra la dictadura del Gral. Uriburu y contra el gobierno usurpador del Gral. Justo. Conspiró, fabricó bombas caseras, conoció cárceles. Su casa de la calle Garay y Danel se convirtio en centro clandestino de lucha popular y desde alli desarrollo, con Arturo Jaureche, Luis Dellepiane y tantos otros, no solo la pelea contra el conservadurismo vacuno sino tambien contra la claudicación de la direccion alvearista del partido Radical.
En 1935 participo de la fundación de FORJA, bajo el lema -Somos una Argentina colonial, queremos ser una Argentina libre. Junto a sus amigos denuncio el Estatuto Legal del Coloniaje. Su voz se levantó en la tribuna esquinera, erguido sobre cajoncitos de cerveza, apostrofando las entregas y latrocinios de la Decada Infame.
Nos dicen -sostuvo Manzione-, que hay una cosa intocable entre los distintos eslabones de la economia: el gran capital, especialmente cuando se trata de accionistas extranjeros, y por eso es necesario crear la mentalidad opuesta, la mentalidad nacional, que frente a ese argumento diga sencillamente esto ¡que se vayan a la puta que los parió esos accionistas!
Una y otra vez, desde FORJA, denuncio el sometimiento del gobierno al imperialismo britanico, la complicidad de Alvear con los hombres del regimen, la expoliación que sufría el país, especialmente las provincias como la suya, porque -decia Homero - Santiago del Estero no es un provincia pobre, sino una provincia empobrecida. Una y otra vez reclamo mejores salarios, respeto a los derechos populares, en fin, como decia FORJA, las cuatro P: PATRIA, PAN Y PODER AL PUEBLO.
El sistema lo silencio, lo condeno como a Jauretche y Scalabrini Ortìz al sotano de la calle Lavalle al 1700 donde tenía su sede FORJA. Expulsado de la Facultad de Derecho, exonerado como Profesor de Literatura, silenciado como poeta, discriminado en el radicalismo por rebelde y antimperialista, Homero Manzione fue convertido en maldito, pero el poeta que habia dentro de él le jugo una mala pasada al sistema. Si por sus ideas le cerraban el camino a ser hombre de letras, el se dedico a hacer letras para los hombres, y se transformo de Homero Nicolas Manzione en HOMERO MANZI.
Homero se nos fue al mundo de la noche- señalo Jauretche y allí no pudieron con él. Sus versos recrearon los barrios de tango con el farol balanceando en la barrera y el codillo llenando el almacen, se nutrieron de los compadres del cafe Dante las muchachitas de Alsina, acunaron a la negra Maria, consolaron a la mulata abandonada, convocaron al papa Baltazar de los chicos pobres y a Malena con su voz de sombra en el paisaje indeleble de un Sur, paredon y despues, con las chatas entrando al corralon, chapaleando barro bajo el cielo de Pompeya, herido de lonjas rojas, con sus gorriones y fabriqueras, con el eco de un bandoneon, mariposa de alas negras, brotando del ultimo organito de una ciudad entristecida.
Asi, el Manzi poeta violo la censura oligarquica por el camino abierto del cancionero popular. El otro, el Homero Manzione político, condenado al olvido, no mencionado en ninguna historia politica, permanecio maldito, pero siempre en alto su bandera popular.
Ese Homero Manzione declaro en 1947: -Perón es el reconductor de la obra inconclusa de Yrigoyen. Mientras siga siendo así, nosotros continuaremos creyendole, seremos solidarios con la causa de su revolucion que es esencialmente nuestra propia causa. Nosotros no somos ni oficialistas ni opositores: somos revolucionarios.
Cuatro años despues, un triste 3 de Mayo de 1951, la muerte le pungueo el corazon y el se despidio -lleno de luces y colores que integran m cortejo final de despedida.
Habia sido un maldito. Sin embargo, aun hoy, cuando en la radio de un tallercito del suburbio o en la disqueria de Corrientes, florecen otra vez sus versos, -con un perfume de yuyos y de alfalfa que nos llena de nuevo el corazon, parece como si Homero, indoblegable, se pasease todavía entre nosotros con su cara redonda y sus ojos limpisimos de niño, esos por donde -su frente triste de pensar la vida, tiraba madrugadas, segun dijera Catulo Castillo, para mantener viva la cancion y encendernos de nuevo la esperanza.
Recupero de dos textos de Manzi
Homero Manzione, Homero Manzi, para el mundo de la cancion popular lucho siempre con entusiasmo y tosudez por la consolidacion de una cultura nacional de raigambre latinoamericana.
Merecen recordarse en este sentido fragmentos de reflexiones expuestas en dos ocasiones, la primera hacia 1940, cuando presento en Buenos Aires, un espectáculo musical a cargo de Andres Chazarreta y donde Manzi, santiagueño como el músico, vibro hondamente reivindicando nuestro arte popular.
El folklore argentino -dijo Manzi- es un tesoro desparramado por los campos, despreciado por las clases cultas del litoral, pero acunado con amoroso acento por las gentes humildes de la campaña.
Mientras Buenos Aires, abriendo cada día mas su puerta a la entrada del alma ajena, desoía las voces de la tierra, mientras la pericia de la ciencia oficial creaba un gusto extranjero y arbitrario, mientras los puertos recogian las voces confusas que llegaban de ultramar, pocos eran los espiritus que en lo musical, pegaban el oído a la tierra con reconcentrada actitud de rastreadores.
La musica de la ciudad estaba trazada sobre el pentagrama oscuro de las pasiones humanas. En cambio, la musica de nuestro campo estaba conformada sobre la naturaleza. Con excepcion de la vidala, cancion cuya universalidad habra de consumarse un dia, todas las expresiones musicales del folklore norteño trasuntan las formas del paisaje y animan sus movimientos en la fuerza de la naturaleza. La música del campo es objetiva, la de la ciudad subjetiva.
En la ciudad, los bandoneones lloran a cuenta de la pena del hombre. En el campo, las arpas y violines rústicos hablan con la voz del viento, trinan con los pajaros y mueven sus ritmos con el rudo compas de las bestias en galope o con la hamacada euritmia de los pastos castigados en el vaiven de los vientos.
El santiagueño ama en primera instancia a su tierra, tiene una patria chic para ubicar su corazón. Conoce su cielo, abierto y celeste durante el día cuando apenas lo transitan el sol y las majaditas de nubes blancas, oscuro y profundo en la noche, cuando los tachonan los tucu-tucu inmoviles de las estrellas.
Conoce sus rios madres que traen el pan en las entrañas, conoce sus montes, intrincados, misteriosos, aguerridos, conoce la tremenda ansiedad de sus sequias, ejemplo biblico que le afirma la sobriedad y conoce el terror de sus tormentas calientes, cuando bravan los huracanes del sur y del norte cargando, sobre los lomos enfurecidos, nubes negras que desparraman la bendicion del agua. Por eso la voz del folclore santiagueño tiene la sinceridad del testimonio cultivado en largo trance de amor.
Buenos Aires vive sorda a la belleza que destila este polo mediterraneo en la silenciosa colmena de su vida espiritual. La gran ciudad del Plata, enceguecida de orgullo por las caricias de la gloria material, no sabe que lejos de ella, hay argentinos que aparentan las majadas de la leyenda.
Pero Manzi esta convencido del triunfo de la cultura nacional sobre la colonizacion cultural que pretende someternos.
Las canciones de la tierra -dice- volveran a nutrirnos de savia autentica y en la voz de las vidalas reconoceremos el arrullo de la urpila, despenadora impenitente de las tardes, cuando se abren en colores pálidos las flores del cardon y reconoceremos en cada danza, en cada ritmo, un pedacito del paisaje agrestre donde ponen adornos los algarrobos, donde adelantan cuchillos de espinas los vinales, donde corren y revientan los rios para secarse luego, donde cantan las hachas mordiendo las carnes duras del quebracho, donde pastan las majadas, donde se clavan las puntas del arado, donde galopan los caballitos criollos, donde ladran perros inverosimiles, donde se sufre, se trabaja, se ama, se baila y se canta.
Años despues el 6 de mayo de 1948, Homero Manzi ratifica, en una hermosa pagina, esa concepción de la cultura LO POPULAR.
Alguna vez, alguien que sea dueño de fuerzas geniales, tendra que realizar el ensayo de la influencia de lo popular en el destino de nuestra America, para recien entonces poder tener nosotros la noción admirativa de lo que somos.
Esta pobre America que tenia su cultura y que estaba realizando, tal vez en dorado fracaso, su propia historia y a la que de pronto iluminados almirantes, reyes ecumenicos, sabios cardenales, duros guerreros y empecinados catequistas, ordenaron:
¡Cambia tu piel!
¡Viste esa ropa!
¡Ama a este Dios!
¡Danza esta musica!
¡Vive esta historia!.
Nuestra pobre America que comenzo a correr en una pista desconocida, detras de metas ajenas y cargando 15 siglos de desventaja, nuestra pobre América que comenzo a tallar el cuerpo de Cristo cuando ya miles y miles de manos afiebradas por el arte y por la fe, habían perfeccionado la tarea en experiencias luminosas, nuestra pobre América que comenzó a rezar cuando ya eran prehistoria los viejos testamentos, y cuando los evangelios habian escrito su mensaje, cuando Homero había enhebrado su largo rosario de versos y cuando el Dante había cumplido su divino viaje.
Nuestra pobre America que comenzo su nueva industria, cuando los toneles de Europa estaban traspasados de olorosos y antiguos alcoholes, cuando los telares estaban consagrados por las tramas sutiles y asombrosas, cuando la orfebreria podría enorgullecer su pasado con nombres de excepción, cuando verdaderos magos, seleccionando maderas con cavidades y barnices, sabian armar instrumentos de maravillosa sonoridad, cuando la historia estaba llena de guerreros, el alma llena de misticos, el pensamiento lleno de filosofos, la belleza llena de artistas y la ciencia llena de sabios.
Nuestra pobre America, a la que parecia no corresponderle otro destino que el de la imitacion. Todo estaba bien hecho, todo estaba insuperablemente terminado ¿para que nuestra musica? ¿para que nuestros dioses? ¿para que nuestras telas? ¿para que nuestra ciencia? ¿para que nuestro vino? Todo lo que cruzaba el mar, era mejor, y cuando no teniamos salvacion apareció lo popular para salvarnos, creacion de pueblo, tenacidad de pueblo.
Lo popular no comparo lo malo con lo bueno, hacia lo malo y cuando lo hacía creaba el gusto necesario para no rechazar su propia factura y ciegamente, inconscientemente, estoicamente, presto su aceptación a lo que surgía de si mismo y su repudio heroico a lo que venía desde lejos.
Mientras tanto, lo antipopular, es decir, lo oculto, es decir lo perfecto, rechazando todo lo propio y aceptando todo lo ajeno, trababa esa esperanza de ser que es el destino triunfador de America.
Por eso yo, ante ese drama de ser hombre del mundo, de ser hombre de America, de ser hombre argentino, me he impuesto a la tarea de amar todo lo que nace del pueblo, de amar todo lo que llega al pueblo, de amar todo lo que escucha el pueblo.
Homero Manzi
Nombre Completo: Manzione, Homero Nicolas Seudonimo: Arauco y Barbeta, Poeta
Sus veleidades de poeta y autor las inicio escribiendo para las murgas de su barrio de Boedo y en 1922 da a conocer su primera cancion, ¿Por que no me besas? a la que le pone musica de vals Francisco Caso, grabándolo Ignacio Corsini.
Algunos de sus versos los publican revistas de la epoca y ya atraido por el cancionero se vuelca en el quedando estampado alli su nombre con caracteres brillantes e imborrables. Su primer tango Memorias a Taborda, musica de Domingo Santa Cruz, no trascendio.
En el año 1926 aparece su tango, que es tal vez, el mejor de todos los que ha publicado, Viejo ciego, con musica de Sebastián Piana y Cátulo Castillo, a pesar de que sus panegiristas opinen lo contrario. Fue premiado en un concurso de la revista El alma que canta.
Despues unido a otro musico del barrio, Antonio Sureda, da para la eternidad los valses: A su memoria, Ensueño y Valsecito de antes; más tarde con Piana otro, Esquinas Porteñas.
Escribe, trayendolas casi desde el olvido milongas que el pueblo recoge para sí como si fueran para siempre: Milonga del 900, Milonga Sentimental (ambas grabadas por Carlos Gardel), Juan Manue, Betinotti, Milonga de Puente Alsina, Pena Mulata con músicas de Sebastian Piana; Negra María con la de Lucio Demare; Campo afuera y Por la Güeya con las de Rodolfo Biagi; Milonga triste y Milonga de los Fortines tambien con Piana; Milongon con Francisco Canaro; Papa Baltasar, Ropa Blanca, etc.
Para el tango, ademas de los dos citados, escribe unas doscientas letras de las cuales sus exitos mas resonantes son El Pescante, con Piana; Tapera con Hugo Gutierrez; El ultimo organito, con su hijo Acho; Ninguna, con Fernandez Siro; Mañana zarpa un barco y Malena, con Lucio Demare; Barrio de Tango, Discepolin , Sur y Che Bandoneon con Aníbal Troilo; Ronda de Ases con Osvaldo Fresedo; Abandono y Llanto con Pedro Maffia; Manoblanca con Antonio De Bassi.
No se desliga del vals y para ese ritmo escribe sucesos como Romántica, Muchacha , Tu nombre y Gotas de lluvia con músicas de Félix Lípesker; Lloraras con la de Hugo Gutierrez; Una vez en la vida con Alfredo Malerba; Romance de barrio, con Troilo.
Otros titulos, con algunos exitos entre ellos, se cuentan en: Volveras... pero cuando?, Cancion criolla; Horizontes, Despues, Fueye ¡Burla!, Monte Criollo, Muchacho del Cafetin, Telon, Tal vez sera su voz, Una lagrima tuya, Fuimos, Asi es el Tango, De barro, Fruta amarga, Torrente, Voz de Tango, Mi taza de café, En un rincon, Te lloran mis ojos, Triste Paica, Dejenme solo, Eufemio Pizarro, Porque, Puerta Cerrada, Dale... Dale, Nobleza de Arrabal, Sosteniendo recuerdos, 24 de Agosto, todos ellos tangos, o en ritmos de valses, milongas, canciones camperas y hasta una rumba porteña: Salud... Salud, que hizo con Canaro, podemos citar a Serenata Gaucha, Flor de Cardo, El Vals de los recuerdos, De tu casa a mi casa, Añorando, Plumas de nido, Carnavalera, Parece mentira, Luna, Tu pálida voz, Arrabal, Mas alla, Cancion para la niña muerta.
Ademas de los compositores citados, tiene colaboracion musical de Edgardo Donato, Francisco Pracanico, Mario Maurano, Mariano Mores, Charlo, Julio De Caro.
Empezo a meter la nariz en la cinematografia por 1933 cuando incluyen dos de sus milongas en la pelicula Tango; despues escribiria canciones para Monte Criollo, Sombras Porteñas, Turbion, Nobleza Gaucha, Los Caranchos de la Florida, Asi es el Tango, Puerta cerrada, Caminito de gloria , Una vez en la vida y otras.
Como argumentista de cine se inicia en 1937 al adaptar con Hugo Mac Dougall al cine hablado la celebre Nobleza Gaucha, la pelicula muda argentina de mas exito, que interpretaron en el sonoro Olinda Bozan, Agustin Irusta, Marcelo Ruggero, Lalo Harbin, Venturita Lopez Piriz, y otros, con música de Piana y Maffia.
Años despues dedicado enteramente al septimo arte escribe con Ulises Petit de Murat, solo o en colaboración con algun otro escritor La Guerra Gaucha, Pampa Barbara (dos joyas del cine argentino, quizas las mejores), Huella, Su mejor alumno, Fortin alto, Malambo, Confesion, Donde mueren las palabras, Rosa de America, Con el dedo en el gatillo, Pobre mi Madre querida, El ultimo payador, Eclipse de sol, Escuela de campeones, De Padre desconocido, Nunca te dire adios , Como tu lo soñaste y para hacer cine autenticamente argentino funda con Enrique Muiño, Elias Alippi, Lucas Demare y otros la empresa Artistas Argentinos Asociados en el año 1942. Dirige asimismo algunas peliculas.
Estudio derecho y ejercio la actividad docente desde su puesto de catedrático hasta que fue cesanteado por su filiacion politica. Fue uno de los fundadores de FORJA, Fuerza Orientadora de la Juventud Radical Argentina.
Hasta 1934 no retomo la vertiente tanguera: con El pescante (musica de Piana) obtuvo el segundo premio en un concurso organizado por el teatro Sarmiento. Fue el impulso anímico que necesitaba para continuar su labor como letrista.
Ya en 1934 se había convertido en critico radioteatral por intermedio de las paginas de las revistas Microfono y Radiolandia y colaborando en los diarios Critica, El Sol, El Combate y las revistas Linea, Ahora.
Tambien escribio para la radio, dando al eter por medio de las principales emisoras capitalinas, las audiciones Candelario Fierro, Ronda de Ases, Tangos de Oro, Pajaros Ausentes, Estrellas del Recuerdo, Por algo los quiso el pueblo, etc. Tambien hizo radio con el gran Andres Chazarreta.
Entre 1934 y 1940 trabajo como periodista y guionista de cine. Junto con Ulises Petit de Murat escribio los guiones de La guerra gaucha (en 1942), Su mejor alumno (año 1944) y Pampa barbara (al año siguiente 1945), dirigidas todas por Lucas Demare. Fueron peliculas premiadas y son consideradas grandes exitos dentro del cine
Algo dio al teatro, entre algun otro titulo estreno: Con la musica en el alma en la sala del Casino en 1949 y que escribiera con Pedro M. Bruno, Antonio De Bassi y Francisco Canaro, obra que luego fue llevada al cine.
Visito en gira artistica Chile y Peru en 1935 con Pedro Maffia y fue presidente de la Sociedad Argentina de Autores y Compositores de Música. Resumiendo, fue el mejor libretista de nuestro cine y un gran poeta de la canción popular.
A pesar de haber combatido a Carlos Gardel a través de la revista Microfono por hacer cine en el extranjero y no en su país, fue uno de sus admiradores y después de muerto periodicamente lo recordó en emisiones radiofónicas.
Cuando Francisco Garcia Jimenez compilaba su libro Vida de Carlos Gardel para que traspasara al mismo le narro lo siguiente: Yo vi a Carlos Gardel en una noche inolvidable. Alla en el sotano donde se escondia la peña confusa del cafe «Tortoni». Cuando se ofrecia un homenaje a Luigi Pirandello, el viejito moderno. Desfilaban ante los ojos azules y descreidos del genial urdidor del grotesco, los nombres mas altos de nuestro arte: actores, poetas, cantantes Y los ojos de Pirandello estaban envueltos en bruma. De pronto entro Gardel al frente de cuatro guitarristas. Y canto. Con las cejas levantadas en arco de picardia. Con la sonrisa apoyada en un punto de la guitarra. Y Pirandello recien despertó. -¿Quien es ese?" -Carlos Gardel, le apuntaron por lo bajo -¡Bravo!, rubrico. Carlitos interpreto dos tangos y se fue. Corriendo, como habria llegado. Entonces Pirandello desenfundo la niebla de su tristeza y se volvio a dormir detras del aburrimiento
Manzi nacio en Añatuya (Santiago del Estero) el 1° de noviembre de 1907 y fallecio en Buenos Aires el 3 de mayo de 1951.
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Manzi encarna, más que ningún otro, la presencia de la poesía en la letra del tango. Fue un poeta que no publicó ningún libro de poesías. El medio de su poética fue siempre la canción, desde los motivos camperos hasta la música urbana, en la que alcanzó su mayor realización. De esa manera gozó de inmensa popularidad, sin renunciar nunca a sus convicciones de poeta. Apeló a la metáfora, incluso surrealista, pero no avanzó demasiado por ese camino, que quizás hubiera dificultado la comprensión de su mensaje por el hombre común. No utilizó el lunfardo (argot de Buenos Aires) para expresarse, pese al compromiso popular de su obra literaria. A diferencia de otros grandes autores, sus letras no ofrecen crónicas de la realidad social ni imparten consignas morales. Sus versos suelen estar llenos de nostalgia, como el tango mismo. A través de ellos, Manzi arroja una mirada plena de ternura y compasión hacia los seres y las cosas. El barrio pobre, suburbano, es su gran escenario. Su tango "Sur", de 1948, con música del bandoneonista Aníbal Troilo, probablemente la obra suprema del género en aquella esplendorosa década, resume el sentido más profundo de su obra.
Homero Nicolás Manzione, como verdaderamente se llamaba, nació de madre uruguaya y padre argentino (se diría que como el propio tango) en Añatuya, un empalme ferroviario de Santiago del Estero, una casi desértica provincia del noroeste argentino, el 1º de noviembre de 1907. Allí probaba fortuna su padre como discreto hacendado rural. Con siete años Homero ya estaba radicado en Buenos Aires, para comenzar su educación en el colegio Luppi, del humilde y alejado barrio de Pompeya. Cada elemento de aquel paisaje -desde el largo paredón que recorría camino de la escuela hasta el terraplén del ferrocarril, en una mágica reunión de ciudad y pampa- quedará capturado en algunas de sus letras posteriores, como la de "Barrio de tango" (de 1942) y la de "Sur".
El vals "¿Por qué no me besas?", de 1921, fue su primer y olvidada pieza, con música de Fracisco Caso, quien años después vincularía a Manzi con Troilo. Nacería así uno de los más lúcidos binomios autorales del tango. La prematura muerte del poeta, abatido por un cáncer el 3 de mayo de 1951, fue llorada por Troilo con "Responso", un conmovedor tango instrumental. Este mismo músico genial y un Manzi agonizante habían rendido tributo a otro letrista fundamental, Enrique Santos Discepolo, con otro tango antológico: "Discepolín". Este moriría del corazón antes de concluir ese mismo año.
Un aporte decisivo de Manzi a la música rioplatense fue el remozamiento y la jerarquización de la milonga, género que convive con el tango como un testimonio de sus orígenes. Junto con el pianista Sebastián Piana escribió grandes clásicos, como "Milonga sentimental", "Milonga del 900" y "Milonga triste". Piana y Manzi son autores, además, de tangos tan prominentes como "El pescante" y "De barro", y de un vals de singular belleza: "Paisaje", sin olvidar a "Viejo ciego", cuyas notas -posteriores al poema- fueron puestas por Piana y Cátulo Castillo.
Otra vertiente particular en la obra de Manzi fue su mimetización con la fiebre romántica que contrajo el tango en los años '40, tendencia a la que legó piezas de extraordinario valor, como "Fruta amarga", "Torrente", "Después", "Ninguna" o "Fuimos". En este último, escrito con el inspiradísimo bandoneonista José Dames, Manzi construye un poema de imágenes enormemente audaces ("Fui como una lluvia de cenizas y fatigas / en las horas resignadas de tu vida...") para una canción popular, y, de hecho, "Fuimos" cautivó al público y a los intérpretes, quedando instalado como un paradigma del tango elaborado y estéticamente ambicioso.
De la extensa y rica producción de Manzi deben, como mínimo, destacarse un puñado de tangos sobresalientes, no en pequeña medida debidos a la calidad de los músicos que este poeta eligió como compañeros de creación. Ninguna antología del tango puede olvidar "Monte criollo", con Francisco Pracánico; "Abandono", con Pedro Maffia; "Malena", "Solamente ella", "Mañana zarpa un barco" y "Tal vez será mi alcohol" (que la censura obligaría a convertir en "Tal vez será su voz"), con Lucio Demare; "Recién", con Osvaldo Pugliese; "En un rincón", con Héctor María Artola; "Fueye", con el cantor Charlo; "Manoblanca", sobre una antigua página de Antonio De Bassi; los valses "Romántica", con Félix Lipesker y "Romance de barrio", con Troilo, y sobre todo dos tangos definitivos: "El último organito", con su hijo Acho, y "Che, bandoneón", con Troilo.
Los 44 años que vivió Manzi le alcanzaron también para ejercer el periodismo y la cátedra, para incursionar profusamente en el cine y para una intensa y azarosa militancia gremial y política, que concluyó con su adhesión al peronismo. La letra de tango fue, sin embargo, su verdadero elemento, y es hoy la que lo mantiene vivo.
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FUIMOS http://www.todotango.com/audio/wax/1882.wax clique y escuchate a la Tana Rinaldi coin este tango del gran Homero!

Fui como una lluvia de cenizas y fatigasen las horas resignadas de tu vida...Gota de vinagre derramada,fatalmente derramada, sobre todas tus heridas.Fuiste por mi culpa golondrina entre la nieverosa marchitada por la nube que no llueve.Fuimos la esperanza que no llega, que no alcanzaque no puede vislumbrar su tarde mansa.Fuimos el viajero que no implora, que no reza,que no llora, que se echó a morir.¡Vete...!¿No comprendes que te estás matando?¿No comprendes que te estoy llamando?¡Vete...!No me beses que te estoy llorando¡Y quisiera no llorarte más!¿No ves?,es mejor que mi dolorquede tirado con tu amor librado de mi amor final¡Vete!,¿No comprendes que te estoy salvando?¿No comprendes que te estoy amando?¡No me sigas, ni me llames, ni me besesni me llores, ni me quieras más!Fuimos abrazados a la angustia de un presagiopor la noche de un camino sin salidas,pálidos despojos de un naufragiosacudidos por las olas del amor y de la vida.Fuimos empujados en un viento desolado...sombras de una sombra que tornaba del pasado.Fuimos la esperanza que no llega, que no alcanza,que no puede vislumbrar su tarde mansa.Fuimos el viajero que no implora, que no reza,que no llora, que se echó a morir.

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